Este ha sido hoy mi segundo plato, y lo fue varias veces durante el tiempo que duró mi dieta de diabética gestacional, ya que, el mejillón tiene muy buenas propiedades nutricionales para una embarazada tiene mucho hierro, aporta ácido fólico, yodo, vitamina B y vitamina E, aparte de no aportar casi calorías y muy pocos hidratos de carbono (azucares). Ahora me he puesto a dieta para quitarme unos kilos que no se acaban de ir, pero se puede comer sin necesidad de estar a dieta porque son deliciosos.
Ingredientes:
1 kilo de mejillones
Unos granos de pimienta negra
1 hoja de laurel (opcional)
Un chorrito de vino blanco
Agua
Preparación:
Limpiamos los mejillones, retirando con un cuchillo (o un estropajo "nanas") las adherencias, los hilos que sobresalen los quitaremos con un cuchillo dando un tirón rápido, si se resisten mucho los cortaremos con una tijera. Los enjuagamos con agua fría y desechamos los que estén abiertos o no se cierren al darle un golpecito. Los que sigan abiertos los tiraremos.
Una vez limpios los mejillones, ponemos una cacerola amplia y añadimos un vaso de agua, un chorrito de vino blanco, los granos de pimienta y el laurel, cuando empiece a hervir añadimos los mejillones, tapamos la cazuela y la ponemos a fuego medio durante unos 3-5 minutos. Retiraremos los mejillones a medida que se vayan abriendo, recordando de desechar los que no se abran.
Servimos tal cual calientes o fríos con un chorrito de limón.
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